Alquiler de barcos en Le Marin · Sun Odyssey 45.2 — Crosière Privée (2001)

Reseña del Velero Alquilado (9-12 de agosto): Una Experiencia Decepcionante Lamentablemente, nuestra experiencia alquilando un velero del 9 al 12 de agosto ha sido una gran decepción. Pagamos 1500€ esperando disfrutar de una experiencia única, pero lo que recibimos estuvo lejos de lo prometido. Desde el principio, las expectativas no se cumplieron. En el anuncio se mencionaba que el velero estaba equipado con wake surf, paddle surf y un congelador. Sin embargo, al llegar, nos encontramos con una realidad muy distinta. El congelador nos dijo que no funcionaba; el skipper, que además era el dueño del velero, intentó excusarse diciendo al fin de la estancia que "no es que no funcionara, sino que no estaba en marcha". Esto nos resultó muy frustrante, ya que habíamos comprado alimentos que se echaron a perder debido a la falta de congelación. Respecto al wake surf y el paddle surf, la situación fue aún peor. El dueño nos informó, al preguntarle por dentro del barco ya, que el wake surf no estaba. Y sobre el paddle surf, simplemente no lo mencionó. Solo al final del viaje, al insistir, nos dijo que lo tenía desinflado y que deberíamos haberlo pedido... ¡Es inaudito que algo incluido en el anuncio no se mencione desde el primer momento o que no este disponible! Otro punto negativo fue la falta de comodidades básicas. Las sábanas proporcionadas eran viejas y tenían un olor rancio, lo cual no es aceptable al pagar tal suma por cuatro días. Las toallas las teniamos que traer nosotros pero no lo menciono en la llamada que tuviemos, en general no menciono mucho. Además, el acceso al agua dulce estaba limitado; cada vez que queríamos usarla, teníamos que conectarla, lo que complicaba la experiencia. La ducha exterior, la única disponible, tenía muy poca presión, y para colmo, nos indicó que la ducha interior era solo para mujeres y ducha intima en caso de que nos diese verguenza utlizar la de fuera, lo cual nos pareció absurdo y generó incomodidad. El colmo fue el comportamiento del skipper en cuanto a la comida. Aunque entendemos que podemos compartir nuestra comida, lo que no es aceptable es que se la comiera a escondidas, e incluso utilizara productos que nosotros habíamos comprado para otros fines, como rellenar su bote de jabón de manos con nuestro jabón de platos que nos pidió traer. Este comportamiento no solo fue inapropiado, sino que creó un ambiente incómodo durante toda la estancia, escondia alimentos en sus armarios para poder quedarselo luego. Tambien nos "forzaba un poco" a comidas tipo venga es la hora de picar algo, cuando quizas nosotros no teniamos ganas. Por último, cada vez que queríamos visitar algún lugar, siempre ponía excusas: que si íbamos a tardar mucho, que no se podía anclar donde queríamos, cuando otros barcos claramente lo estaban haciendo. Además, nunca nos ofreció utilizar la zodiac libremente, algo que esperábamos considerando lo que habíamos pagado. En resumen, nuestra experiencia fue muy decepcionante. Pagamos un precio considerable esperando un servicio de calidad y una experiencia agradable, pero recibimos todo lo contrario. No recomendaría este velero ni al dueño en absoluto. Los comentarios positivos que vimos antes de reservar están muy lejos de la realidad que vivimos. Nos hubiese salido mucho mejor pagar un ferry y cogernos un buen hotel por este precio. ------------- Réponse du propriétaire: «Respuestas sencillas para adultos muy jóvenes que, al final, no supieron gestionar sus frustraciones más que con comentarios hirientes. Es esencial comunicarse abiertamente durante el crucero, sin esperar a llegar a casa para expresarse. Debido a las limitaciones de la navegación, sobre todo los trámites aduaneros y la proximidad del ciclón Ernesto, tuve que tomar decisiones para garantizar la seguridad de la tripulación. Ajusté el programa para evitar los fondeaderos peligrosos, que algunos parecían malinterpretar. Las preocupaciones sobre el abastecimiento de alimentos y el uso de agua a bordo eran, en mi opinión, exageradas. Además, dejé claro que algunos equipos requerían conocimientos específicos, y me mantuve disponible para transportar a la tripulación cuando fuera necesario. Una mejor cooperación y comprensión mutua habrían mejorado realmente nuestra experiencia en el mar, permitiendo a todos sacar el máximo provecho de esta aventura.